domingo, 2 de diciembre de 2018

LUCES EN EL CAMINO
          Alejandrina

Cuándo iniciamos nuestro camino en la vida somos seres totalmente vulnerables, dependientes , si bien nacemos con un modelo mental este , en esa etapa está aún en estado primario, nuestro cerebro no está totalmente desarrollado, no tenemos la capacidad de ser conscientes ni de tener un sentimiento de identidad, somos como una pizarra en blanco , una pizarra que iremos poco a poco llenando no sin ayuda .
En definitiva, no podríamos sobrevivir solos , necesitamos y dependemos de nuestro entorno, ese que nos acompañará y orientará nuestro proceso de crecimiento.
Y son esos primeros seres con los que conectas cuando emerges de la nada los que te marcarán para bien o para mal y darán forma a quien estarás destinado a ser .
Somos el resultado de una precisa ecuación conformada por una conciencia y un mágico tejido emocional que es el que mantiene ese puente invisible entre nosotros y aquellos que fueron parte de nuestra historia, esos seres que nos acompañaron en nuestros primeros pasos en el camino de la vida y que aunque ya no estén nos siguen guiando , pues forjaron un vínculo irrompible.
Nací y crecí rodeado de todo el amor , el cuidado y la protección que un niño pudiera desear , en ese aspecto no tengo nada que reprocharle a la vida .
Por supuesto que en primer lugar tuve el amor incondicional de mi madre, ella siempre estuvo ahí para mis hermanas y para mi , como lo estuvieron la familia más cercana , y no puedo dejar de mencionar también a Alejandrina , ella era una joven de origen provinciano que entró al servicio de mi madre para trabajar en los quehaceres domésticos y que con el posterior nacimiento de mis hermanas y el mío propio se convirtió también en nuestra niñera y en parte integrante de la familia.
Era Alejandrina una muchacha rolliza, de rasgos típicamente andinos, de expresión bondadosa y afable; era soltera y no tenía familia en la capital asi que nos adoptó como la suya propia con la sencillez y sinceridad propios de la gente de provincia.
Creo que mi madre , más que contratar los servicios de una empleada doméstica, lo que hizo más bien fue establecer un lazo que fue más allá de la piel y los sentidos, porque lo que es auténtico se sostiene y trasciende en el tiempo.
Los seres humanos tenemos la capacidad de conectar los unos con los otros, lo hacemos como los satélites con los planetas, conectamos sin necesidad de tocarnos , solo mediante las emociones que avivan esa llama que conforma lo que somos : humanos , que por encima de razas , credos, religiones, condición social y económica solo desean íntimamente ser amados y ofrecer el mismo cariño de vuelta ; y es que al final somos eso en esencia, somos el resultado de nuestras relaciones y nuestros vínculos pasados y presentes .
Alejandrina trabajo para mi madre mucho tiempo, desde antes que mis hermanas y yo naciéramos hasta que ya éramos lo suficientemente grandes para valernos por nosotros mismos; estuvo en los tiempos de bonanza económica, hasta mucho después que esta se había esfumado, siguió ahí con nosotros aún cuando la situación era apremiante y mi madre no podía a veces pagarle su sueldo a tiempo, siguió brindándonos su cuidado y cariño, aun cuando alguna vez ese sueldo fue inexistente se negó a abandonar a mi madre y a su familia postiza , y solo lo hizo atendiendo al llamado del amor , se enamoró y solo así se alejo para formar su propia familia. Recuerdo el día de su despedida, abrazos interminables, llantos,
- Cuídese mucho señora ! Exclamaba sollozando .
- Gracias Alejandrina, tú también cuídate mucho ! Y nuevamente los abrazos y las lagrimas.
Lo cierto es que más que empleada y empleadora , eran amigas , ya se había establecido ese vínculo invisible que une a los corazones y que jamas se rompe .
Unos años más tarde fue a visitarnos y a invitarnos a conocer su casa , tenia ya tres hijos , y vivía en un asentamiento humano , era la suya una casa humilde , pero que junto a su esposo habían construido con mucho esfuerzo ; fue este un reencuentro muy emotivo y nuevamente los abrazos y las lágrimas estuvieron presentes junto con los recuerdos de tiempos pasados.
Fue esta la última vez que la vi , aunque se que ella nunca rompió el vínculo y de tanto en tanto se las arreglo para seguir en contacto y tener noticias nuestras .
Hace unos días me enteré con tristeza que la buena de Alejandrina ya había partido también al viaje sin retorno, y es la razón de este escrito, es mi manera , la única que tengo de decirle lo que en su momento no le dije : Gracias Alejandrina, por tu cariño , por tus cuidados ,por haber formado parte de mi camino, Gracias !
Cuando somos niños no pensamos en el pasado , porque en realidad no tenemos un pasado en el que pensar , no nos obsesiona el futuro, no poseemos conciencia del tiempo, vivimos momento a momento, solo fluimos, vivimos en ese instante donde el tiempo es inexistente; pero ahora de adultos ese tiempo se hace real , cobra vigencia y nos alcanza , se funde con la existencia, con el alma , con los recuerdos y todo se convierte en uno.
Ahora , muchas de las personas que ame y que tal vez no comprendí y a las que no les dije en su momento todo lo que significaron .. ya no están , físicamente no , pero siguen en mi pensamiento y en mi corazón, y allí siguen vivas , fluyendo conmigo, pues somos parte de ese gran río que corre sobre las rocas en la profundidad del tiempo y en algunas de esas rocas han quedado gotas de lluvia eterna y bajo ellas las voces de esos seres queridos aún resuenan alto y claro , aún las escucho ... y al escucharlas , en ese instante , el tiempo vuelve a ser inexistente y solo queda la eternidad.

“ Nada ha cambiado , solo yo he cambiado ,
Por lo tanto , todo ha cambiado.”

Publicado : 17 de noviembre de 2018 . Omoi Sentimientos.
Autor : José Wuang. Derechos Reservados.

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